Fris històric

La cova de Fontrabiouse fue descubierta en 1958, gracias a la explotación de la cantera de mármol que domina el pueblo. Armand Girona, jefe menor de la explotación de la cantera, descubre después de un disparo de minas un agujero abierto en el que desciende con la ayuda de una cuerda lisa que descubre los primeros 400 metros de la red subterránea. Dos días después, un equipo del Entente Spéléologique du Roussillon (E.S.R) llega a Fontrabiouse y comienza la exploración de la red. Una gran parte de las galerías fueron descubiertas hasta el 30 de diciembre de 1958. Luego, la investigación se detuvo durante 12 años.

En 1970, la E.S.R se interesó de nuevo por esta cavidad organizando una exploración más completa. Su objetivo: entrar por arriba y salir por la cueva acondicionada abajo. Pero la progresión es muy difícil, si no imposible.

Esta cavidad seguirá siendo el dominio reservado de los espeleólogos durante 25 largos años, antes de que el municipio la haga accesible. En los años 60-70, se abre una nueva cantera sobre la antigua con el fin de suministrar en gravilla las carreteras del Capcir y de la Cerdaña. Los espeleólogos persuaden al municipio de acondicionar la galería de entrada de la cueva y así cerrar la cantera, que por sus explosiones perjudica a las casas del pueblo. La cueva de Fontrabiouse se abrió a los turistas el 1 de julio de 1983.

La cova fue construida en dos etapas. En un primer momento por la parte superior, luego en 1993 el acondicionamiento fue previsto en el azulejo de la cantera permitiendo un acceso directo a la cueva. Hay que saber que antes del descubrimiento de la cueva, el municipio de Fontrabiouse era conocido por su explotación del ónix que sirvió para la decoración de las salas del Pequeño Trianón en Versalles y de la escalera del Palacio Consular en Perpiñán.

Fontrabiouse estaba lejos de las zonas de prospección clásica y los espeleólogos de la época no sospechaban tal cavidad en este lugar.